Las diferentes variedades de aceite de oliva: clasificación y usos
A la hora de adquirir alguna de las variedades de aceite de oliva que existen en el mercado, solemos manejar diversos parámetros: procedencia, precio o envasado. Sin embargo, son muchas las personas que desconocen que hay diversos tipos de aceite de oliva. Diferenciarlas es clave para saber qué estamos consumiendo, y cuáles son sus características más destacadas. Te ayudamos a descubrirlas para que puedas comprar con conocimiento.
Estos son los diferentes aceites de oliva
En el mercado podemos encontrar básicamente 4 tipos de aceite de oliva, que son los siguientes:
Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
Su acidez no supera los 0,8 grados y es el que se conoce como “zumo de oliva”. Proviene de aceitunas de una o varias variedades, picual, hojiblanca o arbequina. Es el que debemos consumir en crudo, como por ejemplo en unas tostadas o para aliñar una ensalada. Su sabor es intenso, cargado de matices y es el más rico en ácidos grasos monoinsaturados, beneficiosos para el corazón. Obviamente, su precio es el más alto.
Aceite de oliva virgen
Este aceite tiene una acidez máxima de 1 grado, y proviene de aceitunas que tienen algún defecto; pero que no presentan alteraciones en el sabor por ello. Ideales para realizar salsas como la mayonesa o el allioli, igual que para las frituras. Su consumo es altamente recomendable para nuestra salud. Dependiendo de la temporada, su precio es oscilante.
Aceite de oliva
Es el aceite que más se consume en nuestro país. Proviene de aceite de oliva lampante, que tiene una acidez superior a los 2 grados y que no es apto para el consumo humano según la normativa europea. El aceite lampante se utilizaba en la antigüedad para mantener encendidas las lámparas, de ahí su nombre. Las causas de no poder ser consumido directamente son variadas, desde un exceso de maduración o no ser recogidas del suelo en vez del árbol. Pero si se somete a un proceso de refinado y se le agrega aceite de oliva virgen, su acidez llega a bajar hasta 0,4 grados y puede consumirse. Se utiliza para freír, y aunque no posea toques y matices tan profundos como los anteriores, es perfectamente recomendable para ser usado a diario.
Aceite de orujo de oliva
No por ser el de peor calidad ha de significar que no sea recomendable. Proviene de una parte de la aceituna que resulta de aprovechar lo que queda de ella tras haber sacado su líquido. Es decir, agua, pieles y huesos. Pero sometida a tratamiento da como resultado un aceite que es más saludable que el de girasol, y que es muy utilizado para freír. Soporta temperaturas de hasta 230 grados sin llegar a perder propiedades. Es además el más económico.
Estas son las variedades de aceite de oliva que puedes encontrar en el mercado. Cada una con una característica peculiar, pero todas ellas son una fuente inagotable de salud. El aceite de oliva es nuestro compañero de mesa desde tiempos remotos, por lo que conocer cómo es es clave para comprar con sabiduría.
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